Reflexión personal de mi labor como docente
Como maestro que soy puedo asegurar que el trabajo docente
es muy distinto ya como profesor frente a grupo a lo que vivimos y experimentamos
cuando somos estudiantes en la normal o en la universidad.
El ser maestro es una de las profesiones más sociales y
admirables que pueda existir…Todos los miembros de esta sociedad moderna han pasado
por las aulas y por las manos de un docente, que han dejado su sello , desde el
conocimiento que allí se trasmite hasta la práctica de su comportamiento. En
otras palabras el docente es el que ubica el conocimiento y los valores en la
sociedad a través de su inconmensurable labor
Los y las
docentes somos muy diferentes, porque como persona tenemos características
propias, pero también tenemos semejanzas como es nuestro rasgo característico y
muy singular que es la búsqueda de mejores estrategias de trabajo que se
adapten al contexto en el que laboramos. Hoy en día nadie pone en duda la
necesidad de contar con un maestro nuevo y diferente, un maestro que se haga
cargo de desarrollar en sus estudiantes las habilidades, destrezas y
competencias que se requieren en este mundo para insertarse en él de la manera
más adecuada. Hoy los aprendizajes están en todas partes, los seres humanos
aprendemos tanto al interior de las escuelas como fuera de ellas; pues se
propone una educación para la vida,
Para que haya
calidad, también se requiere establecer un calendario que garantice un número
determinado de días de asistencia a la escuela (200 días, más los que se
acumulen), la idea de la que se parte es que la permanencia regular de los
estudiantes en las instituciones garantiza una educación también de calidad. Aumentar
oficialmente el número de días u horas de clase al año no necesariamente
garantiza un uso efectivo y productivo de ese tiempo pues considero que mayor
tiempo de enseñanza no implica mayor aprendizaje. Por lo que es necesario
preocuparse más por la calidad del proceso enseñanza aprendizaje, que por la
cantidad de tiempo que los alumnos pasan en las aulas.
Los problemas y
los retos están ahí, los maestros tenemos que sobrevivir a los embates de la
modernidad y la globalización. Tendremos que entender que la escuela tiene que
ofrecer conocimientos para posicionarse en el mundo. Al docente se le exige una
preparación sólida en el ámbito pedagógico y en el científico; pero, por otro
lado, se carece de los recursos mínimos para el ejercicio docente, se considera
al maestro como el objeto, no como el sujeto que busca un empleo para poder
subsistir y cubrir sus necesidades básicas, a través de un salario acorde a su
profesión, desarrollo profesional, con oportunidades de crecimiento, en fin,
aspectos que motiven y garanticen la calidad de su labor, y la permanencia
profesional en la institución educativa.
La realidad
del proceso educativo demanda conocer las condiciones en que nos desempeñamos
los docentes. Vivimos con frecuencia una situación contrastante con respecto al
trabajo que desempeñamos y la valoración que los demás tienen sobre nuestro
trabajo. Con frecuencia sentimos que se nos pide demasiado, aparte de lo
anterior tenemos que cumplir con la burocracia y toda la carga administrativa y
hasta moral de la institución. Sentimos que la jornada escolar es demasiado
corta para poder hacer tantas cosas y demasiado larga para que repercuta en
nuestra salud, donde ni siquiera las vacaciones suponen un alivio. Por eso creo
que para estar a la altura de los tiempos y ritmos que marcan las nuevas pautas,
en lugar de acelerar el reloj del cambio, los maestros necesitamos mucho más
una brújula que un reloj para no extraviarnos.
Bienvenidas las capacitaciones…
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